Un afortunado sobrevive al ser tragado por una ballena

El cazador de langostas Michael Packard, de 56 años, ha estado discutiendo con crustáceos salvajes durante 40 años. Esto puede sorprenderte, pero para atrapar a esos jugosos y voluminosos puercoespines, tiene que sumergirse en las profundidades del agua y agarrarlos por las garras en el fondo arenoso. No es un trabajo elegante, pero paga las cuentas. También es un trabajo bastante seguro, a menos que algo salga terriblemente mal.

En la mañana del 11 de junio de 2021, Michael y su compañero Josiah Mayo salieron al mar a pescar algunas langostas. Se metió con gracia en el agua y, cuando llegó al fondo, charcos de peces se abalanzaron sobre nuestro buzo. Un segundo después, Michael sintió una sacudida y todo se oscureció.

No podía moverse, y algo apretaba todo su cuerpo como si fuera una uva del tamaño de un humano lista para volar. La realización fue instantánea. el hombre fue tragado entero por algo grande. Al principio, Michael pensó que estaba en un tiburón, pero debe haber sido otra cosa porque todavía estaba vivo y no lo habían hecho pedazos. Algo más grande y sin dientes afilados como navajas. Entonces se le ocurrió que se lo había tragado una ballena.

¿Qué haces cuando una ballena jorobada de 30 toneladas decide atacarte? Toda tu vida comienza a pasar ante tus ojos y tu mente sigue dando vueltas al mismo pensamiento. Bastante enfermo, pero eso es lo que le pasó a Michael. La adrenalina agudizó todos sus sentidos y los segundos se convirtieron en horas. A los pocos segundos de ese tiempo de una hora, el hombre comenzó a moverse, golpeando y pateando a la bestia marina, y en un momento el animal comenzó a sacudir la cabeza y arrojó al marinero al agua.

El socio de Josiah, Mayo, estaba observando la conmoción desde el bote en la superficie. Observó cómo el animal escupió al hombre, lo ayudó a salir del agua a un bote y llamó por radio a los rescatistas y médicos. Después de que Michael fue rescatado, estimó que permaneció en la boca de la ballena durante unos 30 segundos. Eso tuvo que ser los peores 30 segundos de toda su vida.

Afortunadamente, Packard no resultó gravemente herido, aparte de una rodilla dislocada y algunos moretones. Los expertos dicen que tales situaciones son extremadamente raras y que las ballenas jorobadas no suelen tragarse personas. Estos mamíferos abren la boca para chupar la mayor cantidad de comida posible, y si un buzo es succionado por un pez, en realidad no es culpa de la ballena.

Michael también dijo que no era la primera vez que tenía suerte después de un encuentro peligroso. Hace diez años, volaba sobre la selva mientras viajaba por Costa Rica cuando su avión se estrelló. El primer y segundo piloto y la mayoría de los pasajeros murieron en el accidente. Sin embargo, cinco pasajeros, incluido Packard, lograron sobrevivir. Pasaron dos noches en la jungla hasta que los rescatistas los encontraron. Entonces, se puede decir que el caso de la joroba no fue gran cosa para nuestro héroe.

¡Otro viernes en Cape Cod!